Sidney, 12/9/13
Hola Frankie!
No sé cómo empezar.
Desde que me fui no hemos hablado y me siento muy mal. No quiero que
pienses que durante estos 97 días no te he echado de menos, al contrario,
cuento los días y las horas que quedan para que nos podamos ver.
Nunca te he enviado
una carta por miedo a que no nos veamos más y nos conformemos simplemente
con cartas. He comprado un billete para volver durante 5 días, me
preguntaba si querrías quedar en un café... piénsatelo y perdóname por
favor. Vengo de aquí 5 días. Nada se va para
siempre.
Te quiero. Besos.
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El día de ir a trabajar
con un familiar, Alex y su hermano fueron hacer un viaje de locura pura en
llena primavera. Dieron vueltas por toda la ciudad, de aquí, allí, y finalmente
llegaron a un sitio oscuro, un callejón sin salida y decidieron dormir un rato.
Al cabo de treinta
minutos, como máximo, en la otra punta del callejón se juntaron un montón de
hombres vestidos de negro, con armas y empezaron a dispararse entre ellos. Con
la primera bala disparada ambos hermanos se despertaron y llamaron a la
policía, eso sí, los dos escondidos.
La policía llego y hizo justicia.
Era un día de primavera
cuando Sidney y Frankie volvían de la escuela. Las calles estaban llenas de
flores y plantas de un verde limón muy bonito. Ese día decidieron hacer una
carrera bajando la calle de tierra.
Al empezar, Sídney se tropezó con una
piedra y se cayó. Fue dando vueltas hasta llegar a bajo del todo de esa calle
tan primaveral. Seguidamente Frankie la cogió en su espalda y ambos se
dirigieron hacia la casa de Frankie. Allí su madre la curo con agua oxigenada y
dijo que no pasaba nada, que solo eran unas pequeñas heridas. ¿Quién lo hubiera
dicho? Que un día tan bonito acabase de esta forma.
Cuando Frankie se sentía
tan solo al saber la pérdida de Sidney, no pudo parar de llorar y después de
esto, dormir y después, llorar y después, dormir otra vez. Ese era su ejercicio
diario.
En uno de estos ratos de
dormir soñó que un milagro haría que Sdney se quedará con él. En el sueño
estaba Dios, con su barba y traje largo y blanco y su peculiar hablar, con la voz potente. Era todo
tan fácil en el sueño, solo en encontrar y decir unas palabras (mediante un
juego) todo volvería a la normalidad... Pero esto en sueño quedó porqué al día siguiente despertó como todas las otras
veces. Maldigo su vida.
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