¡Menuda sorpresa!
Sidney y su
familia ya estaban en el avión. El avión era muy grande, con olor a pipas y en
el exterior se veía una gran mancha azul. Era el océano.
En el asiento
34V estaba Sidney sentada junto a sus dos hermanas pequeñas. Su madre estaba justo
en el asiento de detrás mirando con gran entusiasmo la revista comprada en el
aeropuerto. Sidney desde su asiento miró la portada: “Conocer hombres a nuestra
edad”. Sidney cada día que pasaba se sentía más alejada de lo que era su madre.
Mientras ella
miraba la revista, Sidney escuchaba música en su reproductor y sus
hermanas dormían. De golpe el avión
comenzó a hacer unos movimientos muy raros, cortos pero muy seguidos. Pasado
un rato una chica informaba que habían sido solo unas turbulencias pero que
habría más.
Efectivamente,
pasados diez minutos volvieron esos movimientos pero más fuertes. Sidney miró
por la ventana, lo vio todo gris. La chica volvió a salir e informó de que
habían entrado en una tormenta eléctrica y que era muy peligroso.
Media hora
después la tormenta pasó y junto a ella se fue el miedo y el terror que
albergaba la gente del avión.
Llegaron a
tierra a las 12:34 del mediodía y nada más pisar el frío suelo de cemento del
aeropuerto, Sidney llamó a Frankie para explicarle lo ocurrido y decirle que lo
echaba de menos. Cuando Sidney colgó el teléfono y se fue para fuera del
aeropuerto, allí vio a Frankie.
¿Qué significaría esto?
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